Somalia, Filipinas y México son solo tres de los veinte países en lo que fueron asesinados periodistas en el año más sangriente para los profesionales de la información, 2009. Frente a las 60 muertes del año 2008, las 76 del siguiente periodo hicieron ascender la peligrosidad del reporterismo en un 26%.
Quizá, y como vela el informe de ese año de Reporteros sin Fronteras, el ascenso de las cifras se deba en gran medida a que en un solo día, en Filipinas, murieron 33 periodistas masacrados por la milicia privada de un gobernador. Pese a esta desgracia puntual, el informe dicta que "las guerras y las elecciones son las principales amenazas" para los informadores y que, por continetes, la peligrosidad es mayor en Asia (con 44 muertes) y África (con 12).
El balance de Reporteros sin Fronteras asegura que "cada vez resulta más peligroso cubrir un conflicto, en la medida en que se convierte a los periodistas en objetivos y corren el peligro de ser asesinados, o de que les secuestren". Y es que, a la cifra de 76 asesinados hay que sumarle la de 33 secuestrados, 573 detenidos y, los escalofriantes casi 1.000 agredidos o amenazados.
El mismo estudio advertía sobre las no menos altas cifras que podría traer el ya acabado hoy año 2010 con motivo de los delicados escrutinios emplazados en países como Costa de Marfil, Sri Lanka, Birmania, Irak o los territorios palestinos ocupados. Aún hoy estamos a la espera del más actual informe de 2010.
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